Ecuador, una mala experiencia

Acababa de llegar a Quito y desde el mismo aeropuerto fui a buscar a un médico ecuatoriano del cual me habían pasado el contacto. De vuelta hacia su casa hicimos una parada en una agencia de viajes para solicitar información sobre las Galápagos, mi próximo destino, con la desagradable sorpresa que al salir de la agencia descubrimos que me habían robado todo el equipaje.

Desesperado e impotente, había perdido mi diario que llevaba escribiendo desde que comencé el viaje a Argentina y Chile junto con una pequeña cámara Olympus Trip. Por fortuna se me había ocurrido sacar con antelación las diapositivas de los dos países que acababa de visitar con anterioridad.

Incluso llegamos a poner un anuncio en la radio y en los diarios dando una recompensa por si alguien se lo encontrase, pero no hubo nada que hacer. Sólo me restaba mentalizarme para comprar de nuevo ropa para marchar unos días a las Galápagos, viaje que hice en barco y durmiendo en pequeños hoteles de las islas. Durante este inolvidable contacto con la sorprendente fauna y los idílicos paisajes de las islas Galápagos, me saqué un poco este disgusto de encima, poniendo así un final menos amargo a mi viaje.

 

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