Una de las razones de mi viaje a Mozambique fue una fotografía que vi en una feria en Paris. Como persona que me atrae el mar y sus islas quede fascinado con esta fotografía, tanto que después de contemplarla y preguntándome a mí mismo como podían existir lugares como estos en el mundo, mi mirada se inclinó al pie de la foto y decía: Archipiélago de Bazaruto, Mozambique. Y me dije a mi mismo: “Jordi, este va ser tu próximo viaje”. Y aquí estoy para contártelo después de haberlo vivido en persona.

Llevo años explorando el mundo y sus islas. Las playas de coral de las Maldivas son demasiado limitadas para mí; las calas protegidas por los bosques de Tailandia son folletos de luna de miel; las olas del Atlántico de Brasil hermosas pero frías; las lagunas del Pacífico Sur poco profundas y tibias.

En cambio la extensión extravagante de la costa salvaje de Mozambique es la perfección con sus islas pequeñas y arenosas como el archipiélago de Bazaruto, uno de los destinos de playa más bellos del continente africano.

El archipiélago consta de cinco islas idílicas: Bazaruto, Benguera, Magaruque, Santa Carolina (también llamada Isla del Paraíso) y Bangue. La zona está ahora protegida  y es parque nacional desde 1971, incluyendo los arrecifes de coral que rodean las islas, convirtiéndose en la única reserva marina oficial del país.

Debido a sus aguas claras y cálidas estos arrecifes de coral proporcionan un hábitat prístino para más de 2.000 especies de peces, junto con tiburones, ballenas y delfines además de ofrecer uno de los mejores buceos en el mundo donde te puedes encontrar con los tiburones ballena, langostas gigantes, ballenas jorobadas, tortugas, delfines y manta rayas. Las islas también albergan unos 200 dugones o vacas marinas, la última población sostenible de África de estos grandes mamíferos.

También es un paraíso para la observación de aves, atrayendo una gran  variedad con cerca de 160 especies registradas incluyendo águilas de peces y flamencos rosados.

El parque es uno de los más grandes del Océano Índico y un logro crucial en la conservación marina global. Un paraíso casi intacto en la tierra, el archipiélago se ha ganado su reputación como la “Perla del Océano Índico”.

VILANKULO

La ciudad costera de Vilankulo se encuentra a 750 km al norte de la capital Maputo y es la puerta de entrada para visitar el Archipiélago de Bazaruto.

Vilankulo lleva el nombre del jefe tribal local Gamala Vilankulo Mukoke, y algunos de los “bairros” (suburbios) reciben el nombre de sus hijos. Conocido como Vilanculos durante épocas coloniales, el nombre fue cambiado a Vilankulo en la independencia.

Vilankulo ha estado creciendo extensamente durante la década pasada. Con un aeropuerto internacional y un mercado donde merece una visita para ver los productos locales que después puedes probar en los restaurantes repartidos por la ciudad donde te ofrecen la comida más fresca del mar a unos precios muy baratos.

Mercado de Vilankulo

Destaca su larga playa donde es recomendable dar un paseo antes del anochecer viendo a los niños chapoteando felizmente en las aguas poco profundas acompañados de sus madres recogiendo ostras de arena mientras esperan impacientes la llegada de los pescadores que dejan todo el pescado  en la arena y varios grupos de mujeres gritando intentan elegir el mejor para ellas y sus familias.

Esperando la pesca en la playa de Vilankulo

En Vilankulo hay una gran variedad de alojamiento desde camping y mochileros a sublimes hoteles de lujo y privado.

Yo me aloje en el Zombie Cucumber. Qué maravilla de lugar!!. sus propietarios, una pareja belga-francesa, Bruno y Valérie, me hicieron sentir en todo momento como en casa. Además con un personal muy atento siempre dispuesto a proporcionarte información de rutas, excursiones y actividades varias.

Situado en el centro de Vilankulo con fácil acceso a la playa, el mercado central y la estación de autobuses. Lo que me gusto es lo bien cuidado que esta, con un gran jardín donde están 4 cabañas, el dormitorio circular (el primero que he visto en mis viajes), la sala de lectura, el restaurante-bar con muy buena comida, la piscina, todo muy integrado con las plantas, flores y árboles que adornan el bello jardín,  hacen de este lugar un verdadero remanso de paz y tranquilidad.

Piscina del Zombie Cucumber

Desde estos mismos alojamientos te proponen excursiones para conocer las islas más bonitas del archipiélago de Bazaruto separado del continente por un estrecho canal de mar turquesa siendo la manera de llegar con una barca a motor o los dhow, nombre que reciben las barcas a vela de los pescadores locales.

ISLA BAZARUTO

La isla de Bazaruto es la isla más importante dentro del archipiélago de Bazaruto y del parque nacional. De 35 km x 7 km, es un pequeño pedazo de paraíso, sin duda un destino hermoso e inexplorado, caracterizado por su fauna, aguas azules y playas celestiales con arrecifes de coral que ofrecen hermosos lugares para bucear o esnorquear y disfrutar de una impresionante variedad de peces tropicales.

Mi primer impacto fue al llegar a la parte sur de la isla y ver una gran extensión de playa donde las mareas bajaban el nivel de agua para dejar salir unas pequeñas islas donde resaltaba el color blanco de la arena  contrastando con el azul de las aguas poco profundas que las rodeaba. Eso hacía que las islas fueran cambiando de formas siendo yo el único testigo que andaba por estas arenas blancas y las dunas de arena dorada que en un lateral hacían de guardianes de este maravilloso espectáculo. La paz del momento a veces se turbaba con el vuelo de los flamencos rosados que veían mi presencia como un peligro.

Dunas de arena blanca en la isla de Bazaruto

Y como contraste subiendo a una de las dunas se veía al otro lado mucha vegetación con manglares y un lago seco de agua dulce donde abundan los cocodrilos.  Esta belleza era interminable como mis ojos que no dejaban de sorprender-me de los colores del agua y del lugar tan mágico que estaba viviendo.

A parte de las maravillas paisajísticas que me daba la isla, Bazaruto es un idílico destino  para relajarse bajo el sol y desconectar del mundo y en estos lugares van mucho la gente famosa que quieren pasar desapercibidos y disponer de un lujo de estar en uno de los alojamientos más sofisticados del país, el  Anantara Bazaruto Island Resort & Spa donde puedes elegir 44 habitaciones entre villas de lujo y bungalows en la playa muy espaciosos y luminosos.

Habitación en el Anantara Bazaruto Island Resort

De regreso a Vilankulo, una parada en las playas de la isla de Benguera. De tan blanca que era la arena que el reflejo hacia que mis ojos tuvieran que protegerse. Otro suspiro de que estas viviendo un sueño.

Playa de la isla de Benguera

SANTA CAROLINA

Llamada también Isla Paraíso está considerada la “joya” del archipiélago pero lamentablemente no pude conocerla. De tan solo 2 km de largo y unos 500 m de ancho, la isla está rodeada por tres hermosas playas y canales profundos para la pesca. La isla era conocida por su hotel y cuando turistas y figuras famosas se alojaban allí pero desde la guerra civil que está totalmente abandonado. Hoy se espera que algún millonario lo vuelva a resurgir.

ISLA DE MAGARUQUE

La pequeña isla de Magaruque de 2 km² de tierra está ubicada a poco menos de 10km al este de la parte continental de Mozambique. Me habían hablado de la belleza de sus playas y que en un par de horas de darle la vuelta la conocías. Pues allí fui con una lancha y en 15 minutos pisaba la parte más poblada de la isla donde viven los pescadores.

Dejo la “civilización” y empiezo a andar por la playa con mucha calma, tenía 4 horas de tiempo y así alejarme de los “ruidos” de los tres pescadores que llegaban con sus barcas. Piso una arena blanca que contrasta con las pequeñas rocas  negras y me encuentro con una playa larga desierta donde la arena blanca se había convertido en dorada. En un lado, el mar y el otro, unas dunas no muy altas que vigilaban mis pasos de felicidad al estar en un lugar tan mágico y especial con una naturaleza muerta de árboles y troncos que hacían feliz a mi cámara pero al final de la playa diviso una lengua de arena blanca sin saber si era otra isla o continuaba siendo la misma playa hasta que me fui acercando y de repente veo que esta lengua blanca de arena se había multiplicado por centenares de lenguas que hacían islas minúsculas de diferentes formas de arena blanca fijada en los remolinos radiantes del azul vivo que las rodeaba.

Naturaleza muerta en las playas de Magaruque

Estaba rodeado por centenares de lenguas de arena blanca

No podía creerme donde estaba pero de repente me vino la fotografía que me hizo decidir por viajar a Mozambique y allí estaba, pisando estas arenas onduladas de aguas poco profundas de colores verdes esmeraldas. Empecé a saltar de isla en isla, bañándome solo hasta donde me llegaba el agua, a saltar, a gritar sin nadie más, solo en medio de tanta belleza agradeciendo en cada momento esta visión de fantasía hecha realidad de este lugar mágico que poco me esperaba encontrar en Magaruque.  Al final las 4 horas se me hicieron muy cortas.

Pisaba las arenas poco profundas verde esmeralda

Después de mi primera experiencia en el Archipiélago de Bazaruto puedo decir que es una de las mejores escapadas africanas que he tenido, con permiso del país vecino Madagascar que también conozco, siendo seguro uno de los mejores destinos de viaje en Mozambique que no te puedes perder.

Las sensaciones que he tenido pisando estos lugares tan vírgenes me ha hecho pellizcarme más de una vez para preguntarme si era un sueño o una realidad lo que estaba viviendo y Bazaruto ha sido uno de estos lugares con deslumbrantes playas de arena blanca,  aguas cristalinas, un excelente clima templado durante todo el año y el refugio perfecto para unas vacaciones que ofrecen una mezcla perfecta de relajación y aventura.

 

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